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🇪🇸 Reimaginando las entrevistas (1)

Published: at 03:22 PM
objetivos-e-intenciones

En los últimos 12 años, tuve la oportunidad de entrevistar a más de 900 candidatos para distintos roles técnicos en sistemas. Esta experiencia me permitió detectar patrones, identificar desafíos y construir una perspectiva única sobre el proceso de selección. Ha sido, y sigue siendo, un proceso transformador para mí también.

Con esta serie de ensayos, quiero compartir los aprendizajes que he acumulado, mi comprensión del proceso y mi mirada sobre la tan temida entrevista.

Aunque compartiré consejos que considero valiosos, mi objetivo no es el de hacer una lista de tips. Quiero abordar el tema desde una perspectiva más profunda y personal, atravesada por mis creencias y valores.

Quien Soy

Parece lógico que, si tengo como objetivo compartir una perspectiva profundamente personal, empiece entonces por contarles quién soy.

Soy hijo de inmigrantes españoles que llegaron con una mano adelante y otra atrás. Gracias a su esfuerzo y a las oportunidades que les brindó nuestro país, lograron progresar y dejarnos a mis hermanos y a mí un punto de partida sólido: el de una clase media, equidistante tanto de los lujos como de las miserias.

A los 5 años tuve mi primera computadora, una Commodore 64, y desde entonces nunca más pude despegarme de un teclado. Mi familia me ayudó, a veces más de lo que merecía, para poder prepararme y desarrollarme en mi pasión.

Me casé a los 24 años y fui padre a los 26. Soy el sostén económico de mi grupo familiar, compuesto por mi esposa y dos hijos. Con mi esposa tenemos la suerte de contar con un grupo familiar que nos ha apoyado y ayudado a transitar los desafíos de la vida: si tenía un viaje laboral en el exterior, ahí estaba Emma para ayudar a Cin con los chicos. Si un día me agregaban a un war-room un rato antes de buscar a Sofi del jardín, ahí estaba mamá para pasarla a buscar. Así, muchas. Demasiadas, quizás.

Hace cinco años, y luego de 10 años de muchísimo esfuerzo, logré comprar la casa donde vivimos. Sin embargo, no habría podido lograrlo sin la ayuda de mis padres.

Mi perspectiva está claramente influenciada por el grupo al cual pertenezco: como miembro de una clase media aspiracional, tengo el sueño, al igual que lo tuvieron mis padres, de dejarles a mis hijos un punto de partida más alto. Que el techo esté lo más lejos que se pueda. El anhelo de ser superados por nuestros hijos es demasiado tentador como para no perseguirlo.

La historia de mis padres, el hogar en el que crecí, mis privilegios, mi grupo de pertenencia y, por encima de todo, mis decisiones y experiencias personales, han forjado una cosmovisión que se manifiesta en mis acciones. Mi construccón subjetiva del mundo, en la que el trabajo ocupa un lugar central como factor que le da sentido a cada una de las partes, influye profundamente en cómo encaro las relaciones humanas. Esto se refleja en todos los aspectos de mi vida, incluyendo el ámbito laboral, y adquiere particular relevancia durante las entrevistas, donde esa perspectiva se trasluce con mayor claridad.

Juli

2020-actual Soporte Primer Nivel - Mega Corporation

2016-2020 Administración Mercado “Los Alerces”

Juli tenía unos 19 años. Nació en Córdoba, y arrancó trabajando en el comercio de sus viejos, el cual -Google Maps mediante- se descubre como una pequeña despensa de pueblo. Muy pequeña, y muy de pueblo.

Luego de terminar la secundaria, tenía muchas ganas de vivir la experiencia citadina. Así que marcó Córdoba Capital en el mapa, y ametralló CVs hasta que consiguió un trabajo en un call center, con el cual logró alquilar un monoambiente en la ciudad.

Durante el año y medio siguiente cocinó su próximo gran golpe: vio que eso de los datos tenía mucha salida laboral en el mercado externo, así que aprovechó a tomar todos los cursos de idioma de su trabajo actual, se bajó Duolingo, y hasta incluso empezó a ver maratones de series en Netflix sin subtítulos. En paralelo, al terminar su jornada de trabajo, se dedicaba a completar curso tras curso de las recomendaciones de Udemy.

Al principio, no tenía muy claro qué hacer ni por dónde empezar, pero, a medida que avanzaba, encontró algo que realmente la apasionaba: sacar el máximo provecho a los datos. Comenzó descargando una base de datos de prueba, creando tablas y aprendiendo, de manera muy seria, SQL. Llegó incluso a dominar PLSQL y se dio cuenta de que programar no era tan complicado como había pensado. Para practicar, desarrolló un pequeño sistema de gestión de stock para el negocio de sus viejos. Incluso logró crear dashboards bastante lindos utilizando Power BI.

Para una posición relacionada con datos en una multinacional, Juli había sido descartada en un principio. Su perfil apareció casi por casualidad en la búsqueda de LinkedIn del equipo de reclutamiento al incluir “Power BI”, una de las tecnologías clave para el puesto. Sin embargo, esto se debía únicamente a un curso de Udemy listado en sus certificaciones, lo que inicialmente les pareció insuficiente para considerarla seriamente.

Hacía varias semanas que la búsqueda no avanzaba, así que, por curiosidad, revisé los perfiles previamente descartados de forma prematura. Así fue como llegué al suyo.

Algo en su CV llamó mi atención: tenía una cuenta de GitHub. En ella se podía observar una evolución cronológica a lo largo del último año y medio. Comenzó subiendo a un repositorio ejercicios de un curso de Python en freeCodeCamp. Más adelante, desarrolló una integración con las Google APIs que, mediante un script, combinaba datos de múltiples hojas de cálculo en una sola. Había numerosos archivos SQL dispersos y una buena cantidad de experimentos que no llegué a entender del todo. También había una web estática, un intento de aprender lo básico de React y varios repositorios con notas en formato Markdown que utilizaba para documentar los hallazgos de sus prácticas.

Si todo esto era un montaje, era uno tan elaborado que merecía reconocimiento.

Finalmente, decidimos avanzar y darle la oportunidad de iniciar el proceso.

Una entrevista es una puerta

Cada vez que entrevisto, siento que es una oportunidad maravillosa para conocer a otra persona en su propia aventura de vida. A veces, veo reflejos de mi versión de hace unos años. Sin embargo, en la mayoría de los casos, cada candidato tiene una historia, un quién soy diametralmente diferente al mío. Son cartas distintas a las que me tocaron en mi propio mazo. Como Juli.

Durante la entrevista, Juli hizo algo notable: de manera audaz e inteligente, tomó las riendas para contarme su historia y darle sentido. Construyó un relato.

Audaz, porque asumió la iniciativa de compartir su historia, entendiendo que su escueto CV no iba a lograr encapsular el ethos que define su recorrido personal.

Inteligente, porque supo condensarlo en los 2 o 3 minutos disponibles para su presentación.

Aunque no tengo un argumento científico que lo respalde, estoy convencido de que los primeros cinco minutos de una entrevista son casi tan importantes como el resto de la misma. Durante ese breve período, mi mente intenta descifrar a la persona frente a mí, basándome únicamente en un documento que lista logros cuya credibilidad, a veces, puede ser incierta. En esos 300 segundos, un candidato debe construir un relato convincente que despierte mi interés por conocer el resto de su historia.

Lograr esto es un verdadero arte. Hay muchos factores en juego, pero, en mi experiencia, lo más importante es que el candidato presente, de manera creíble, los incentivos que me lleven a confiar en que puede desempeñarse bien en el rol. Esa es la clave del éxito o fracaso en una entrevista. Para lograrlo, el mejor predictor que he encontrado es entender quién es esa persona, y cómo este trabajo puede ayudarlo a alcanzar sus objetivos.

Se suele preguntar en las entrevistas: ¿Cómo te ves en cinco años? Yo prefiero una aproximación distinta. Quiero saber quién es la persona que tengo frente a mí y qué hizo en los últimos dos años. Esa información suele darme pistas suficientes para responder la pregunta del lugar donde quiere llegar.

Aunque es anecdótico, me gusta contar el final de la historia de Juli. Fue contratada y tuvo un desempeño extraordinario. Dos años después, consiguió un nuevo trabajo en una empresa del exterior. Hace poco vi una actualización en su LinkedIn: parece que está liderando una célula de un equipo de data en una naciente startup californiana. ¿Cuál será su próximo plan maestro?

Reimaginando una entrevista

No hay ser más hermoso e interesante que el ser humano. Durante una entrevista, tenemos la oportunidad, por unos minutos, de conectarnos con alguien y escuchar su historia.

El poder de contar bien una historia es inimaginable. Es una técnica suprema, perfeccionada por nuestros antepasados. Está en nuestro ADN. Es la herramienta más poderosa que poseemos para alcanzar nuestros objetivos.

El resultado final de una entrevista suele ser un informe en el que detallamos habilidades blandas y técnicas, nivel de inglés, pretensiones salariales y muchos otros aspectos. Estos datos son necesarios y, sin duda, muy útiles.

Sin embargo, mi trabajo como entrevistador va más allá de recopilar esa información. Mi objetivo es descubrir quién es esa persona mientras formulo esas preguntas. Es un proceso fascinante y desafiante. Con el tiempo y la experiencia, aprendí a identificar pequeños detalles: respuestas, silencios, intenciones y matices que, eventualmente, se convierten en patrones predictivos sobre el candidato.

En los próximos ensayos, me gustaría explorar estos patrones con mayor profundidad y compartir mis aprendizajes. Mi intención es invitar a repensar la entrevista, no como un simple ejercicio para llenar un informe, sino como una experiencia maravillosa de conexión humana.


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